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Desde los 20, pero en especial cuando vamos acercándonos a los 30 años, ese deseo se multiplica por 10, porque además de las razones que todos tenemos para viajar, sentimos que debemos aprovechar la vida al máximo, pues es altamente probable que durante ese periodo de nuestras vidas formalicemos una relación sentimental, la cual traerá nuevos compromisos y responsabilidades, y porque no, HIJOS.
Ahí es cuando queremos hacer de todo, comernos el mundo y evitar al máximo esos compromisos, simplemente porque nos han dicho que la vida que conocemos y que tanto hemos disfrutado se acabará, y de manera inevitable, tendremos menos tiempo, nos descuidaremos y trabajaremos mucho más para poder hacernos cargo de esas nuevas personas que traemos al mundo y son nuestra responsabilidad, y en últimas, dejaremos de hacer una de las cosas que más nos gusta: VIAJAR.
Es que ¿a quién se le ocurre viajar con hijos? necesitaríamos muchas maletas, tendríamos que empacar el apartamento entero, que pena con la gente que va en bus, tren o avión que tendrá que aguantarse si el niño llora, juega o canta, que cansancio tener que estar en otro lugar sin la empleada o niñera que nos ayuda con las cosas básicas de los niños, que miedo que el niño se enferme; en fin, nos han dado y nos hemos creído esas mil razones que a primera vista serían más que suficientes para olvidarnos de viajar y quedarnos en la casa criando a los hijos.
Que mentira más grande nos están diciendo, que mito urbano el que nos han vendido, y que forma tan triste, reduccionista y básica de acabar con uno de los principales sueños de cualquier persona!
Pero bueno, para tranquilidad de todos, cada día somos más quienes nos atrevemos a ir en contra de esa idea y romper los paradigmas que se han ido creando a través de los años; y el resultado es espectacular, pues es totalmente posible viajar con los hijos y la experiencia es mucho mejor de lo que nos han contado. Es MARAVILLOSA!
La clave está en entender que los viajes son temporales – y precisamente por eso, no necesitamos llevar cosas ni personas que no necesitamos -, en otros lugares del mundo también hay niños -que a propósito también se enferman -, debes volverte inmune a las personas tóxicas, y debes hacer una buena planeación para organizar los horarios y en general la logística para que todo fluya a la perfección, y si no es así, pues adáptate y disfruta.
Finalmente, y tal vez lo más importante, cuando viajas en familia encuentras tiempo y espacios de calidad que te permite afianzar las relaciones, te permite compartir estrechamente con tus hijos y pareja,y te permite volver a soñar, jugar y deslumbrarte como cuando eras un niño que quería comerse el mundo.
Así pues, deja de comer cuento, anímate y organiza sin miedo y sin prejuicios el próximo viaje en familia, disfrútate a ti mismo, a tu pareja y a tus hijos!
Simón Rodríguez Uribe
@simonrodriguezuribe